i love 80's

lunes, 15 de agosto de 2011

Si lo que quieres es vivir 100 años...





2 días y medio. Nunca había durado tan poco con una dieta. No me vayan a malinterpretar, no es falta de fuerza de voluntad, sino de interés. es lo que pasa cuando te quieren imponer algo de a huevo, nomas no va a funcionar.

mi madre llegó el martes por la noche con la novedad de que había ido con una nutriologa y le había dado una dieta, así que no iba a hacer de comer 2 veces y por ende todos íbamos a estar a dieta. La idea no sonaba tan mal.

Pero de unos años para acá ya no importa llegar a viejo. no todos nacimos para eso. Yo, por ejemplo, prefiero seguir tomando, comiendo, fumando, entrandole a "juanita", descansando, etc. prefiero vivir hasta los 50 años bien disfrutados que llegar a los 100 jodiendome toda la vida.

Llámenlo inmadurez, estupidez de la juventud, o como quieran, pero es la verdad. Y me tienen que aceptar así.

Bueno, para terminar con el relato de la historia que comenzó mi madre el martes, transcurrieron miércoles, jueves y viernes (hasta el medio día) sin ningún problema, pero llegó la noche del viernes y esa no se perdona. 2 litros de cerveza obscura y una hamburguesa. Sábado, media botella de vodka. Domingo, una Minerva Stout Imperial (la bebida de los dioses... si tienen oportunidad de probarla, háganlo).

¡Saludos!

martes, 9 de agosto de 2011

La Luna no es la única mujer...



Hay mujeres raras y Monse Ponce... bueno, creo que ese es el motivo de mi enojo (¡que digo enojo, encabronamiento!). Realmente no es rara, es mujer, lo cual le perdono y hasta le admiro, pero también es mentirosa.

Empezó todo el septiembre pasado, nos conocimos. Tiempo después empezamos a salir. Era una mujer especial, había sufrido mucho y yo estaba dispuesto a darle el cariño que le habían negado. Ella decía 2 cosas: que se le hacia muy raro que yo hubiera sentido algo en tan poco tiempo y que quería conocer bien a quien fuera su próxima pareja por que venia de una relación que le habia dejado un mal sabor de boca y no quería pasar por lo mismo. Yo estaba dispuesto a esperar el tiempo necesario (y a cortejarla mientras este pasaba). De verdad la quería mucho, demasiado. Nunca había sentido ese nivel de compenetración con una mujer.

Una tercera cosa que siempre me decía (y que me quedó muy grabada) fue que ella siempre que borraba a alguien de su vida, lo hacia para siempre. Nada de andar a medios chiles.

Pasó el tiempo, nos peleamos (aún sigo sin saber por que... ¡mujeres!). Yo ya lo había superado y de buenas a primeras unos 3 meses después recibo un sms de ella. Me quería volver a ver (mentira #1: no borraba a las personas para siempre), y pues la ilusión parecía volver, aunque no me quería hacer muchos ánimos hasta que platicara con ella.

Pues nos vimos. La verdad platicamos muy a gusto (no fue tan tenso como lo esperaba) y quedamos de seguir saliendo, y ella seguía portándose como si quisiera revivir aquello (a mi amigo Beto le consta).

Una tarde me invitó a comer a su casa. El ambiente que había con sus nuevas amistades (en el tiempo en que no nos vimos había pasado de alumna a maestra de danza arabe) no me gustó para nada, ya me había decidido que yo con Monse Ponce no quería algo mas allá que una amistad.

Anoche una semana después de esa comida, veo que cambia su situación sentimental en facebook de soltera a tiene una relación con Francisco Ramirez. De momento hasta me dio gusto, no me sonaba el nombre... entré al facebook de Francisco y cual fue mi sorpresa ¡Que me voy encontrando con la foto del "Cocó"!

El "Cocó" es un maestro que me dio clases en la universidad (sí, también es mi amigo en facebook). Se caracteriza por algo: nomas anda buscando donde meter el chile.

A la hora de preguntarle a Monse el por que había elegido al "Cocó", solo atinó a decir "Fue muy rápido y repentino" (mentira 2 y 3 a la vez: ni lo conoce bien, ni es tan raro que uno se enamora en poco tiempo).

La verdad, como dije antes, yo ya estaba decidido a empezar ese proceso de olvidarla de nuevo, pero me encabrona que haya jugado así con mis sentimientos. Y no es por dármela de muy cabrón, pero ojalá algún día encuentre alguien como yo que sí la sepa valorar.

¡Sigo en cabronado!