¡Ya me quiero ir!

Ya no quiero vivir más en casa de mis papás. La cosa cada vez está más tensa, no conmigo sino entre los demás miembros de la familia y yo no veo el por qué debo seguir aguantando sus pleitos.

Básicamente hay 3 bandos, por llamarlos de alguna manera: mi mamá y mi hermano, mi papá y mi hermana, y yo, que soy neutral. El único al que le vale madres todo y no se mete en problemas. No veo por qué hacerlo.

Soy el típico (yo supongo que ha de ser muy típico) joven que prefiere estar con los amigos que con la familia, estar fuera de casa a estar en ella. Con ellos puedo ser yo mismo, nadie me dice nada, no importa si traigo el pelo largo, si quiero tatuarme o perforarme, si digo majaderías, si tomo mucho, si fumo, si uso diario la computadora, nada. Me respetan y los respeto. Caso muy contrario a lo que pasa en casa.

Ya tenía planes de salirme a más tardar enero próximo. Mi amigo Ricardo “Paco” ya me había dicho que entre los 2 nos rentábamos una casita de unos 5 mil pesos al mes, que si las hay, que al cabo que no necesitamos más de 2 recamaras. Queremos casa porque en los departamentos no se puede poner música a niveles de volumen que revienten los tímpanos (justo como nos gusta, o al menos a mi), no se pueden gritar los goles cuando juegas FIFA en el Xbox, no se puede tocar la guitarra eléctrica como se debe, en fin, no se puede echar desmadre a gusto.

Pero el muy cabrón (y a decir verdad no lo culpo, hay prioridades) me sale con que se va a estudiar un año a chile. Ya quede de ir a visitarlo cuando menos una semana cuando esté viviendo allá.

Y yo sin un pinche trabajo que me deje si quiera para rentar un departamento. Pero pues ya que, habrá que esperar, ya sea a que vuelva Ricardo o a que llegue el trabajo.

Saludos y besos. Ya saben para quien va cada cosa.